Los precios del cobre se encaminaban el viernes hacia su tercera pérdida semanal consecutiva, ya que la demanda china sigue siendo débil y los inversores esperan los datos de inflación del próximo martes, que podrían dar pistas sobre la orientación de la política monetaria estadounidense.
El metal rojo alcanzó un máximo de siete meses de 9,550,50 dólares la tonelada en enero, ya que los especuladores apostaron a que la economía china se reactivaría y las tasas de interés dejarían de subir en Estados Unidos, eliminando un freno al crecimiento económico y permitiendo que el dólar se debilitara.
No obstante, los sólidos datos laborales de la semana pasada en Estados Unidos desataron el temor a nuevas alzas de tasas e impulsaron al dólar, que seguía subiendo el viernes.
Las cifras de los inventarios de metales chinos y los datos de los precios en fábrica subrayaron el viernes la continua debilidad del país, donde los mercados bursátiles y el yuan cayeron pese al aumento de los nuevos préstamos bancarios chinos en enero.
A las 1150 GMT, el cobre de referencia en la Bolsa de Metales de Londres (LME) perdía un 0,6%, a 8,930,50 dólares la tonelada, acumulando un declive igualmente del 0,6% en la semana. El aumento de los precios del metal usado en el cableado eléctrico ronda el 20% desde principios de noviembre.
“El mercado se ha precipitado”, dijo Ole Hansen, analista de Saxo Bank.
Es posible que la demanda china no se reactive hasta el segundo trimestre, lo que aumentaría el riesgo de una caída de los precios a corto plazo. El Año Nuevo Lunar suele ser un periodo de escasa demanda en China y los inventarios de cobre en los almacenes de la bolsa de Shanghái tienden a aumentar de forma brusca, alcanzando su máximo en torno a marzo.
En otros metales básicos, el aluminio en la LME caía un 1,1%, a 2,472 dólares la tonelada; el zinc bajaba un 0,9%, a 3,095,50 dólares; el níquel restaba un 4,2%, a 27,910 dólares; el plomo restaba un 1,4%, a 2,096 dólares; y el estaño retrocedía un 0,7%, a 27,550 dólares.
Reuters
Commentaires