Los precios del cobre subían el viernes, debido a que los bajos inventarios y las esperanzas de una recuperación económica el próximo año compensaron la disminución de la demanda a corto plazo en China, causada por un aumento en los casos de COVID-19.
El cobre referencial en la Bolsa de Metales de Londres (LME) ganaba un 0,4% a 8.344 dólares la tonelada a las 1149 GMT y alrededor de un 1% esta semana.
Si bien algunos analistas esperan que el metal utilizado en la energía y la construcción avance hacia niveles récord de 11.000 dólares la tonelada en 2023, el debilitamiento del crecimiento económico hizo que los precios cayeran un 14% este año.
“No hay demanda”, dijo Robert Montefusco de la corredora Sucden Financial. El cobre podría subir a inicios de 2023, pero esto requeriría un mayor estímulo económico en China, el principal consumidor, y una mejora de la confianza en mercados más amplios, agregó.
China espera un pico en las infecciones de COVID-19 dentro de una semana, dijo un funcionario de salud, mientras las autoridades predicen una tensión adicional en el sistema de salud y el virus se propaga a través de los negocios.
Las acciones globales han caído alrededor de un 20% en 2022.
Los inventarios de cobre siguen siendo bajos, lo que le da al mercado poco a lo que recurrir si mejora la demanda. Las existencias en los almacenes de la Bolsa de Futuros de Shanghái (ShFE) cayeron en 9.472 toneladas a 54.569 toneladas en la semana hasta el viernes.
Mientras, el zinc en la LME subía un 0,7% a 2,969 dólares la tonelada debido a que los inventarios en los depósitos de la ShFE y la LME (18,173 toneladas y 36,350 toneladas, respectivamente) bajaron a su menor nivel registrado. Aún así, el metal utilizado para galvanizar el acero bajaba un 1,7% esta semana y un 16% este año.
El aluminio bajaba un 0,8%, a 2,387,50 dólares la tonelada; el níquel subía un 2,5%, a 29.970 dólares; el plomo sumaba un 1,3%, a 2,244,50 dólares; y el estaño ascendía un 0,5%, a 24,040 dólares la tonelada
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