Un reciente informe del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice sugiere que los responsables políticos de Estados Unidos y los países aliados deberían empezar a reforzar las cadenas de suministro de materias primas para reducir la dependencia del país de las tierras raras procedentes de China.
El informe señala que el Grupo de Tierras Raras de China, una fusión de tres empresas estatales chinas en un megaconglomerado, controla hasta una cuarta parte de los elementos minerales de tierras raras del mundo. Combinada con el dominio global de China en minerales y materiales de tierras raras -aproximadamente el 60% de la producción mundial-, la fusión otorga a los planificadores centrales chinos un importante poder de fijación de precios e influencia sobre la oferta mundial.
“Si China utilizaría como arma su influencia sobre las cadenas de suministro de tierras raras en conflictos directos con los EE.UU. y/o sus aliados es una cuestión de especulación y debate”, dice el documento. “Sin embargo, una cosa es segura: en tal caso, EE.UU. debe minimizar la capacidad de China para limitar las sanciones y otras respuestas colectivas globales contra posibles acciones coercitivas”.
Fuentes Elaborado por los autores a partir de datos públicos de los Resúmenes de Productos Minerales del Servicio Geológico de Estados Unidos.
Nota ROW significa resto del mundo.
Según los autores del informe, la pandemia de cólera Covid-19 y la invasión rusa de Ucrania han puesto de manifiesto la fragilidad de las cadenas mundiales de suministro de materias primas y de los flujos comerciales, así como las tensiones entre potencias mundiales rivales.
“Sirven como recordatorios aleccionadores de que depender de proveedores dominantes y actores revisionistas para productos básicos vitales puede crear peligros significativos”, señalan los investigadores. “En particular, las crecientes tensiones comerciales y de seguridad geopolítica con China podrían amenazar el suministro de REE, influyendo potencialmente en hasta 1 billón de dólares de mercancías”.
Sostienen que, a pesar de lo importante que es esforzarse por conseguir una cadena de suministro nacional o menos arriesgada, convencer a los votantes estadounidenses para que apoyen políticas más asertivas en materia de materias primas será un reto para los responsables gubernamentales e industriales.
“No es seguro que los votantes acepten la carga de ‘des-riesgar’ una amplia franja de materias primas y políticas industriales orientadas a la tecnología”, escribieron los expertos. “Los planificadores de defensa, en particular, deben estar preparados para afrontar esos resultados”.
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