La Cámara Minera de México (Camimex) proyectó que México superará los 5,000 millones de dólares en inversiones en la minería durante todo 2022, lo que supone el monto más alto en los últimos nueve años.
Jaime Gutiérrez, presidente de la Camimex, destacó que la industria minera del país opera con dos medulares factores contrastantes: los altos precios de los minerales en general y restricciones regulatorias nacionales, sobre todo la cancelación de nuevas concesiones mineras en los últimos cuatro años.
En la última década, el monto de inversión más alto fue de 8,043 millones de dólares en 2012 -durante otro ciclo de altos precios- y el más bajo totalizó 3,533 millones en 2020 -por la crisis de la pandemia de Covid-19-. En el año pasado, la cantidad se cifró en 4,810 millones.
Hacia adelante, Gutiérrez pronosticó que las inversiones mineras en México sumarían cerca de 11,000 millones de dólares en forma conjunta para 2023 y 2024, sin desglosar la cifra por cada año. “Hay mucha certidumbre en que podemos lograr esto”, dijo en una conferencia de prensa en la Ciudad de México, al tiempo que pidió para ello mejorar el clima de negocios en esta industria.
Debido a que no se otorgan nuevas concesiones, se están ampliando las exploraciones de las áreas ya concesionadas, a la vez que las empresas invierten en nuevos equipos, maquinaria y telecomunicaciones, por ejemplo.
La mayor producción minera en México es de oro, en términos de valor. En octubre de 2022, el precio de la onza de oro en Londres (fixing matinal) costaba una media de 1,665,61 dólares estadounidenses, lo que representa un ligero descenso con respecto al precio medio mensual del fixing matinal de 1,685,38 dólares por onza del mes anterior.
Para poner esta cotización en perspectiva: desde 2010, el pico más alto se alcanzó en agosto de 2020 (1,971,17 dólares) y el descenso más pronunciado ocurrió en diciembre de 2015 (1,068,32 dólares).
“Actualmente ya comenzamos a vivir la ausencia de nuevos proyectos en el sector; existen algunas ampliaciones, algunos proyectos que ya estaban en curso, pero no hay nuevas minas, no hay nuevos proyectos”, lamentó Karen Flores, directora general de la Camimex.
El riesgo de desarrollo en la minería se concentra en las etapas de exploración y decrece conforme se avanza a la etapa de operación. Además de las grandes compañías, las empresas llamadas juniors (pequeñas y medianas) están más enfocadas a explorar.
Flores expuso que el gobierno tampoco otorga ciertos permisos con discrecionalidad y que, por consiguiente, se requiere homologar la toma de decisiones basada en información certera y confiable.
“Es indispensable que reactivemos a la industria minera, que reactivemos las condiciones y los incentivos que se necesitan para que las inversiones en la minería continúen desarrollándose en México”, comentó.
En 2021, la producción minero-metalúrgica alcanzó un valor total de 334,782 millones de pesos, cifra que representó un incremento de 18.9% con respecto al año anterior.
Este aumento derivó de la recuperación productiva de las principales industrias del sector, así como a la evolución favorable de los precios de los metales, principalmente de los metales base.
De acuerdo con la Constitución y las leyes mexicanas aplicables, las actividades mineras sólo pueden ser llevadas a cabo por el Gobierno o, alternativamente, por personas físicas o jurídicas mexicanas, si se les otorga una concesión gubernamental.
El Economista
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