Hace 50 mil años un asteroide entró a la atmósfera terrestre y colisionó en el desierto de Arizona. Recientemente un equipo internacional de investigadores estudió los cristales que surgieron como resultado del impacto.
Una estructura mineral basada en carbono promete ser de gran utilidad en diferentes campos como electrónica, nanomedicina y tecnología láser.
Las ondas de choque al momento de la colisión generaron temperaturas y presión altas en un periodo breve. Esto creó cristales muy especiales en el Cráter Berringer en Canyon Diablo, parte del desierto de Arizona. La “lonsdaleita” es un material ultraduro y maleable con propiedades ajustables.
Su nombre proviene de la cristalógrafa británica Dame Kathleen Lonsdal, quien además fue la primera mujer que trabajó como profesora en el University College de Londres.
El cráter donde se encontró la lonsdaleita tiene un diámetro de mil 186 metros y una profundidad de 170 metros. En su centro se concentran entre 210 y 240 metros de materiales depositados en el fondo sólido. Se estima que el meteorito que formó el cráter tenía 50 metros de largo y viajaba a una velocidad de 12 kilómetros por segundo.
Anteriormente se creía que la lonsdaleita se formaba con un diamante hexagonal puro. La diferencia con el diamante cúbico clásico era que se pensaba que los átomos de carbono se acomodaban siguiendo un patrón hexagonal. Sin embargo, el nuevo estudio revela que se compone por diamante nanoestructurado y grafeno, una capa cristalina bidimensional de átomos de carbono.
Para el estudio se recurrió a exámenes espectroscópicos y cristalográficos de última generación para reconocer todos los detalles del mineral. La lonsdaleita es el material más duro conocido en el planeta.
Se le identificó por primera vez en 1967. A partir de entonces se le estudió pero, como demuestra el artículo recientemente publicado por la revista científica Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), faltaban detalles por afinar.
El Doctor Péter Németh, quien dirigió la investigación, explica que este nuevo acercamiento con la lonsdaleita permitirá crear nuevos materiales basados en carbono con propiedades mecánicas y electrónicas “excepcionales” gracias a la combinación de extrema dureza y maleabilidad.
Los minerales que se encuentran en nuestro planeta tienen distintos orígenes. Los eventos que ocurren en la corteza, como el impacto de meteoritos o la acción de los seres vivos, los transforman. Si bien, se conoce un gran número de minerales, existen muchos que se forman únicamente en lugares muy específicos como el Cráter Berringer en Arizona.
Afortunadamente, este material que promete diferentes usos puede formarse recreando sus condiciones de formación ahora que se conoce mejor su estructura. La producción minera tiene tantas posibilidades como el conocimiento y el ingenio humano lo permiten.
Comments