El cobre, un termómetro de la economía global, registró una alza este jueves, lo que trae un soplo de alivio en medio de la incertidumbre. Los precios del metal rojizo incrementaron un 0,1% en la Bolsa de Metales de Londres (LME), alcanzando los 8,629 dólares por tonelada métrica. Este aumento es un cambio bienvenido luego de la caída del 0.7% observada el día anterior.
Este impulso surge a raíz de la expectativa de que las tasas de interés en Estados Unidos podrían haber alcanzado su límite superior. Con la Reserva Federal anunciando lo que se anticipa como la última subida de tasas en su ciclo actual de endurecimiento, el índice del dólar ha ampliado sus pérdidas. Este debilitamiento del dólar estadounidense vuelve a los commodities denominados en esta moneda menos costosos para los compradores en otras monedas, incentivando el comercio.
La demanda débil en China contrarresta el optimismo global
Sin embargo, la buena noticia se ve moderada por la preocupación continua por la demanda china. A pesar de ser el mayor consumidor mundial de metales, China ha mostrado datos preocupantes. Las ganancias industriales del gigante asiático extendieron en junio su tendencia de descensos de dos dígitos de este año, presionando los márgenes de ganancia de las empresas.
Además, la falta de claridad de los responsables políticos sobre las medidas de estímulo prometidas ha frustrado a los inversores. El contrato de cobre para septiembre en la Bolsa de Futuros de Shanghái experimentó una disminución del 0,3%, situándose en 69,000 yuanes (9,666,98 dólares) por tonelada métrica.
La demanda de cobre importado en China también ha estado en declive, haciendo que la prima del cobre Yangshan cayera a su nivel más bajo desde el 22 de mayo, a 34,50 dólares por tonelada métrica.
Otros metales básicos siguen la tendencia alcista
No solo el cobre está experimentando un ascenso. Entre otros metales básicos, el aluminio, el níquel, el zinc, el plomo y el estaño también vieron incrementos, con el aluminio subiendo un 0,3%, el níquel un 0,7%, el zinc un 0,5%, el plomo un 0,8% y el estaño manteniéndose estable. Estos avances apuntalan la tesis de un panorama optimista en el mercado global de metales, aunque las incertidumbres persisten.
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