El estaño subió el viernes a su mayor nivel en más de una década, ya que expectativas de escasez por las interrupciones de suministro y del transporte marítimo consecuencia de las restricciones del COVID alimentaron otro frenesí de compras especulativas, mientras que el cobre subía con fuerza.
El estaño en la Bolsa de Metales de Londres ganaba un 0,4% a 31.400 dólares la tonelada a las 1012 GMT tras llegar hasta 31.620 dólares la tonelada, un máximo desde mayo de 2011.
“La historia del déficit no va a desaparecer. Hay bloqueos en Asia que afectan a la oferta y la demanda sigue aumentando”, dijo un comerciante de estaño físico.
Los suministros mundiales de estaño el año pasado llegaron a unas 330.000 toneladas, una caída significativa desde alrededor de 360.000 toneladas en 2019. Los suministros están bajo presión de nuevo este año por las restricciones derivadas de la pandemia.
El cobre, en tanto, subía un 2,2% a 10.105 dólares la tonelada.
Los metales industriales en general eran impulsados por la debilidad del dólar, que hace que las materias primas sean más baratas para los poseedores de otras monedas.
Entre otros metales, el aluminio ganaba un 0,4% a 2.487 dólares, el zinc sumaba un 1,2% a 3.031 dólares, el plomo cotizaba con un alza de un 1,4% a 2.204 dólares y el níquel ganaba un 0,7% a 18.410 dólares.
Reuters
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