De Alaska a Chiapas, Norteamérica va a necesitar todo el litio que pueda conseguir en una ventana tan corta como uno o dos años. Y por ello, los gobiernos de México, Canadá y Estados Unidos han comenzado un proyecto conjunto para cuantificar a detalle las reservas regionales de este mineral, que alimenta a las industrias de alta tecnología y, en particular, a las flotas de millones de autos eléctricos que usarán baterías de litio en el futuro inmediato.
Así lo revela en entrevista con Milenio Brian Nichols, subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado. “Estamos trabajando juntos, colectivamente, para explorar los minerales críticos que tenemos en América del Norte y que van a alimentar la próxima generación de baterías”, dijo. “Esta es una gran oportunidad para que México forme parte integral de una estructura (regional) de alta tecnología”.
Sin dar detalles de cómo va esa exploración, Nichols deja en claro que bajo respeto al marco soberano mexicano, Washington está en la disposición de ofrecer a México la posibilidad de aprovechar la experiencia de la iniciativa privada estadounidense para abaratar la producción de litio mediante tecnología especializada.
Y es que el aumento en la producción de automóviles que emplean baterías recargables “es una oportunidad para que México saque ventaja de sus reservas y las ponga en la producción de vehículos eléctricos”, dijo. “Por ahora, el precio del litio mexicano es un poco alto, y creo que hay tecnologías que pueden reducir ese costo”.
A lo que Nichols se refiere es a las diferencias en el tipo de litio de México, en comparación con el de otros países. Este mineral es típicamente extraído de piedras o depósitos de salmuera, pero el que se halla en Sonora se encuentra difuminado en tierras arcillosas, cuya explotación mineral no ha sido intentada a gran escala.
Entiendo que, bajo la ley mexicana, el Estado tiene el derecho exclusivo para explotar el litio, pero ustedes necesitarán del sector privado para comercializarlo, así que construir ese tipo de asociación será importante, además de conseguir las tecnologías que reducirán el costo del litio mexicano y que harán a México competitivo no solo en nuestro hemisferio, sino más allá.
En su edición de este lunes, Milenio dio a conocer estimaciones del gobierno estadounidense que apuntan a que, en conjunto, México, Estados Unidos y Canadá podrían convertirse en una superpotencia global en materia de producción de litio, con 13.7 millones de toneladas en diferentes yacimientos, ubicando a Norteamérica por encima de Asia y sólo por detrás de Sudamérica en la posesión del llamado oro blanco del siglo XXI, un recurso que alimenta lo mismo a vehículos que a teléfonos inteligentes. Las reservas mexicanas, de acuerdo a cálculos gubernamentales, podrían ascender a 600 mil millones de dólares.
Nichols, encargado de la diplomacia estadounidense en el continente y quien ha participado en el proceso de diálogo entre los socios de América del Norte en materia de energía renovable -uno de los objetivos centrales de la administración Biden-, estableció que con la creciente integración de la región y la revolución tecnológica que suponen las baterías recargables, México puede aprovechar la coyuntura para beneficiarse de forma sustancial.
“Existen oportunidades también en combustibles de hidrógeno con cero emisiones. En Estados Unidos tenemos una gran oportunidad para incrementar nuestra capacidad para producir abundante hidrógeno y México tiene también ahora la oportunidad para tomar ventaja de esa cadena de manufactura y producción alrededor de las tecnologías de producción de combustible de hidrógeno que está comenzando a establecerse”, dijo.
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