Freeport-McMoRan Inc informó el jueves ganancias del primer trimestre en línea con las expectativas de Wall Street, beneficiándose de los precios más altos de los metales como consecuencia de la recuperación económica de la pandemia de coronavirus en algunas partes del mundo.
El productor de cobre registró una utilidad neta de $ 718 millones, o 48 centavos por acción, durante los tres meses terminados el 31 de marzo, en comparación con una pérdida de $ 491 millones, o 34 centavos por acción, un año antes.
Excluyendo artículos únicos, Freeport, con sede en Phoenix, ganó 51 centavos por acción, lo que coincide con las expectativas de los analistas, según los datos de IBES de Refinitiv.
Los precios de referencia para el cobre, ampliamente utilizado en energía y construcción, alcanzaron un máximo de 9-1 / 2 años de $ 9,617 la tonelada en la Bolsa de Metales de Londres el 25 de febrero, a una distancia sorprendente del máximo histórico de $ 10,190 establecido en 2011.
El cobre se considera un beneficiario clave de las inversiones en infraestructura en Estados Unidos y China y de la transición a una economía con bajas emisiones de carbono, que se espera que impulse la demanda de los fabricantes de tuberías y cables para electrificación.
El precio promedio que recibió Freeport por libra de metal aumentó un 62% en el trimestre, mientras que la producción aumentó aproximadamente un 24% a 910 millones de libras.
Para capitalizar el aumento de los precios y la demanda, Freeport ha buscado la expansión en los Estados Unidos a medida que el presidente Joe Biden se mueve para electrificar los automóviles del país y combatir el cambio climático, dijo el presidente ejecutivo Richard Adkerson a Reuters en febrero.
La compañía restableció su dividendo trimestral durante el trimestre y nombró a Adkerson como presidente.
La producción de oro durante el trimestre también saltó más del 90% a 297.000 onzas, y Freeport dijo que las ventas del primer trimestre fueron más altas que el año anterior, reflejando principalmente el progreso en el aumento de la minería subterránea en Grasberg, Indonesia.
Reuters
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