Desde hace varios meses, cinco proyectos mineros clave en el estado de Chihuahua se encuentran en pausa. Este hecho, según Gerardo Durán, Director del Clúster Minero de Chihuahua, se debe a decisiones del Gobierno de la República.
Estos proyectos tienen el potencial de generar nuevas minas en Chihuahua, un estado con una larga historia minera y con un papel prominente en la producción de plata, plomo, zinc, cobre y oro. En 2022, Chihuahua ocupaba el tercer lugar nacional en valor de producción minera, demostrando su importancia para el sector en México.
Proyectos en espera y su impacto
De los cinco proyectos en pausa, tres tienen una posible apertura en Chihuahua. Los otros dos están en vías de aceptación: uno de los prospectos es “Samalayuca Cobre”, ubicado al norte de la entidad, y los demás se contemplan en la región serrana.
El impacto de estos proyectos va más allá de la producción de minerales. Durán destaca que uno de los pasos más importantes para la apertura de una mina es la exploración. Este proceso, que puede durar de 10 a 15 años, crea empleos, fortalece la economía local y proporciona oportunidades para la inversión y el desarrollo tecnológico.
Además, Durán subraya que de cada mil proyectos, sólo uno es redituable. Esta realidad refuerza la importancia de avanzar en la exploración y aprobación de estos proyectos, ya que cada uno tiene el potencial de ser ese proyecto rentable y transformador.
Obstáculos burocráticos
Lamentablemente, la burocracia federal ha sido un obstáculo para estos proyectos. A pesar de los esfuerzos de las unidades mineras por cumplir con las autorizaciones requeridas, la Federación ha demorado el otorgamiento de permisos.
Este aplazamiento tiene un impacto significativo en la minería en Chihuahua y en México en general. Cada año de retraso es un año perdido en exploración, construcción y explotación minera. Esto se traduce en pérdida de empleos, ingresos y oportunidades para el estado y para el país.
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