El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha traspasado la responsabilidad de las reservas de litio del país al Secretaría de Energía para reforzar el control estatal. Esta medida se produce poco después de que Elon Musk, propietario de Tesla, anunciara la construcción de una “gigafábrica” en Monterrey, México. Con 1,7 millones de toneladas de reservas de litio, México busca mantener el control sobre sus recursos mientras atrae inversiones privadas en el lucrativo sector del litio.
En abril, López Obrador anunció la nacionalización del litio y la creación de LitioMx, una empresa estatal encargada de controlar la extracción y comercialización del metal. El objetivo es evitar la explotación de los yacimientos de litio por parte de extranjeros. A pesar de los desafíos en la extracción de litio de arcilla en México, varias empresas extranjeras ya están presentes en el país, con proyectos en Sonora, Zacatecas y San Luis Potosí.
La demanda de litio se espera que aumente en las próximas dos décadas debido a los objetivos climáticos del Acuerdo de París. México se posiciona como un productor potencial en medio de la disputa geopolítica entre EE. UU. y China. Aunque el gobierno de AMLO busca aprovechar la deslocalización, persisten preocupaciones medioambientales relacionadas con la minería del litio, como la escasez de agua y el uso de químicos en el proceso de extracción.
El presidente López Obrador ha afirmado que Tesla ayudará a enfrentar el problema de la escasez de agua en México, pero aún persisten preocupaciones sobre los impactos negativos de la minería en las comunidades y el medio ambiente.
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